En los orígenes me reconocen como la hija del pintor, de Amador el pintor. En casa se pintaba todos los años, algunos hasta en dos ocasiones.
Recuerdo a mi padre vestido con el mono blanco salpicado por un arco iris de pinturas de diferentes colores y a mi madre con el delantal, la espátula en una mano y la fregona en la otra. El gotelé de los ochenta, el estucado de los noventa, el compresor que pesaba una tonelada, las decenas de brochas, rodillos y pistolas, y el pintor con una gorra blanca minúscula silbando coplas del amanecer al atardecer.
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Hace días que mi ropa se pinta con gotas de pintura blanca, piedra, verde amanecer y también negras. Ayer pinté la estufa con menos de un tercio de la lata. A las dos horas delató mi hábito de estirar la pintura a brochazos largos y Carles le dio una segunda mano para solventar la carencia que se escurre por mis dedos. Me relajan los preparativos, cubrir puertas, proteger enchufes, hacer el surco para mostrar a la brocha su camino, y al retirar los papeles, las sábanas, los cartones, emerge cierto cosquilleo por observar el resultado final.
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A ochos días del alumbramiento la limpieza y los preparativos siguen su ritmo, muy diferente al mío. Ayer terminé más temprano y entré en la ducha para ser consciente de cuanto lo necesitaba. Después preparé la vela, la libreta, los rotuladores y me senté en la alfombra lejos de los botes de pinturas, de los retrasos de los pedidos, de las reservas. Lista para encuerpar esta luna llena. La sonrisa de la maga en la pantalla derritió los miedos y moví el cuerpo en pijama y sin esterilla para soltar lo que ya no me sirve, para morir y renacer de nuevo.
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Tras finalizar quise depositar mis cenizas en la naturaleza, así que me coloqué el abrigo y caminé en la oscuridad hasta llegar donde se honra al gran árbol y en el altar que la madre tierra ha creado para él dejé mis cenizas. Una claridad interrumpió mi sentir y de entre las nubes emergió la luna en su máximo esplendor. Al llegar a casa abrí la caja negra que lleva un par de días sobre la alfombra, sostuve el bulto más pesado, lo desprendí del envoltorio protector y coloqué a Lord Ganesha en su nuevo altar ✨Om Gam Ganapataye Namaha✨